Esta mañana de domingo se me agolpan varias sensaciones/emociones.
Ayer, en el grupo con el que comparto, estuvimos un par de horas hablando de la atención, algo que, según algunas de las intervenciones, nos lleva al presente, al ahora. Y con el presente a la Presencia, la Consciencia.
Vivir atentos, atentas, es vivir despiertos, despiertas. Vivir atentas, atentos, es superar la distracción, el enajenamiento, la alienación, la sumisión al consumo.
Hoy me han llegado por un canal inesperado noticias de India. Y vaya que sí que me han llevado a la atención y la Presencia.
Primero porque no deja de ser extraordinario que podamos contactar con India lo mismo que contactamos con la casa de al lado. Segundo, porque las noticias me hablan de una comunidad de monjas que lleva a cabo una de esas labores humanitarias que antes se llamaban “misiones”.
Alguno dirá: ¿pero no estás tú ahora alejado de la iglesia, de las monjas y los curas? Pues sí, pero como he estado muchos años trabajando como seglar en esa viña, la conozco bien. Y además os diré que me propuse no denostar nunca a lo que todo ello representa. Y es que la tradición vivida, la copa en la que he bebido durante muchos años el vino de la espiritualidad, ha sido lo cristiano. Y conservo conocimiento, aprecio y respeto.
En esas andaduras, y aun en las actuales, me he encontrado varias veces con las hermanas de la Caridad de Santa Ana, una congregación de fundación aragonesa y presente en Navarra, en la casa de Artieda, que en tanta ocasiones nos ha acogido para el silencio y los encuentros.
Cuando ya había dado por terminado el blog, leo en los periódicos la reseña del brote de Covid que se ha producido en esa residencia con un buen número de afectadas (es casa de retiro de las mayores) entre monjas y personal. Vaya un saludo a las hermanas de Artieda y nuestros mejores deseos de que salgan pronto y bien de este trance.
Y vuelvo ahora a las noticias de India que me hablan de un proyecto, ANKUR, enfocado al desarrollo y supervivencia de niñas y adolescentes principalmente. Casi nada lo que tienen montado en Mumbai las de Santa Ana.
Me he puesto a ver su web www.hogarankur.org y me he acercado un poco más.
India, para muchas y muchos de nosotros, es bastante desconocida. Nos vamos acercando a ella a través de sus sabios y de sus grandes tradiciones que nos abren a mundos nuevos para nuestro cansado y casi estéril occidente. De la India de hoy conocemos sus problemas por los choques de trenes, siempre abarrotados, sus violaciones a las mujeres y niñas, sus masas aparentemente desorganizadas, sus fabricados de calidad inferior a China o Taiwan pero que compiten muy fuertes en muchas de las cosas que nosotros llamamos “chinas”. Y las y los comerciantes indios, establecidos en muchas zonas, aunque con menor incidencia en la nuestra.
Conocemos a muchas personas de por aquí cuyo paso por India ha supuesto un revulsivo en sus vidas y han reorientado su espiritualidad o su religiosidad.
Pero volvamos a Mumbai y Ankur. Voy a dejar de lado lo que pienso de las obras sociales, de la colaboración internacional, de las ONGS e incluso de las misiones de todo tipo, antiguas y modernas.
Hoy os quería hacer partícipes de la ternura que he sentido al ver un video que ANKUR tiene en su web y que os ofrecemos aquí mismo: “Cuando el reto es vivir”
Emoción y ternura por cómo viven la mayor parte de los indios y las indias, por el trabajo infantil, por el abuso de todo tipo, por los problemas infinitos.
Emoción y ternura por las monjas, alguna tiene el acento aragonés cuando habla, que en todo el vídeo no plantean cuestiones confesionales porque, como dicen en la web, ellas pretenden solamente “pasar haciendo el bien”. Casi nada.
Emoción y ternura por nuestra sociedad, atónita ante la pandemia inexplicable y sus consecuencias: crisis sanitaria, económica y social. Tampoco voy a hablar aquí del espectáculo montado por mucha gente en estas mismas semanas.
No, no estamos tranquilos. Ni con quienes padecen el Covid ni con el sufrimiento del personal sanitario ni con lo otro, que me he propuesto no hablar de algunos políticos y políticas..
No estamos tranquilos con India. No añadiré nada a lo que se puede ver en el vídeo, pero sí afirmaré que me siento igual de unido a las y los indios sufrientes que a las víctimas del covid o a las y los migrantes en busca de tierra donde vivir. Todos ellos, todas nosotras, somos UNO. Eso nos han enseñado muchas personas sabias, también el Maestro de Nazaret, también los hindúes, los taoístas, los sufís, las filósofas y filósofos perennes; también quienes se esfuerzan por elevar la conciencia de la humanidad.
Somos UNO, queridos indios, queridas hermanas con acento aragonés, aunque seamos diferentes.
Por encima de religiones o de formas de entender nuestra Cualidad Humana Profunda, el reto es vivir. Vivir.
Jon Ander
Ver el vídeo en https://vimeo.com/78252771
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