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“DESAPEGO… SIN ANESTESIA” DE WALTER RISO (Simone)

“Desapegarse sin anestesia”, de Walter Riso.

Un libro que cayó en mis manos este verano. Iba buscando “algo” y me topé con él. Y sinceramente me ha gustado. Es muy sencillo de leer y muy práctico.

Ha puesto en mis labios dos palabras “nuevas” para iniciar con ellas viajes a experiencias que todavía no sé a dónde me llevarán.

Una de ellas es emancipación.

La invitación que se me abre es a independizarme de los amos, que han resultado ser todos aquellos apegos que empezaron, con cierta inocencia, como medidas de protección o huída, según los casos, ante situaciones incómodas a lo largo de mi vida.

Leí que emanciparse tiene mucho que ver con abrazar la soledad, eso que también somos en esta carcasa que llamamos cuerpo, en el que a veces dormitamos y vivimos tan despistados y despistadas. Abrazar aquello que siempre negamos, tapamos, escondemos, le ponemos un acento negativo e intentamos cubrir; y parece que nunca terminamos de aprender a gestionar.

Emancipación que pasa por desapegarnos de todos los amos a los que hemos dado poder sobre nuestra conducta, nuestros afectos, nuestra seguridad, nuestros miedos…

Emancipación. Desapego.

Des-pre-ocupación. Desprendimiento. Separación de lo que nos atrapa, soltarse, disfrutar de las “cosas” a sabiendas de que son impermanentes  (vaya palabra más… ¿?), nada es para siempre.

En mí las palabras del Sr. Riso se han hecho experiencia, han conectado por dentro y han tocado lo más vital; me ha hecho sonreír en más de una ocasión con algunas de sus expresiones para dar las pistas en esto de desapegarse. Utilizar la expresión “que te importe un pepino” o el ejemplo de la bola de nieve, a la hora de hablar de los apegos. Una bola de nieve que crece conforme se va desplazando y arrasa con todo lo que está a su paso, lo mejor y lo peor de una misma.

Emanciparse es una de las palabras. La otra es abstinencia. Y, a diferencia de la primera, esta ha venido a poner un poco de calma y de sentido a las fluctuaciones de ánimo que no dejan de enredarme.

Hay una verdad que yo siempre he pasado por alto. Desapegarse duele.

Los pensamientos y los sentimientos, que los apegos nos hacen tener, no dejan de generar creencias que nos disminuyen y nos limitan constantemente. Pero también producen reacciones bioquímicas en nuestro organismo. Y pronto nos acostumbramos a ellas. Son como drogas que necesitamos para vivir. O eso creemos en apariencia. Y nos volvemos adictas y adictos a ellas, con más o menos consciencia. Por ello, empezar un proceso de desapego es ir eliminando esas sustancias y no lo soportamos, o eso creemos en apariencia. De aquí lo de la abstinencia.

En el libro se dice que es un sufrimiento útil, que no podemos pasar de puntillas por el dolor, que es la única manera de soltar y de recuperar nuestra libertad interior. Así que habrá que estar atenta a los movimientos del miedo en mí para no dejarme engañar con los “no merece la pena, duele demasiado, no tienes capacidad, eres cobarde…” que mi mente repetirá en un afán de proteger, como siempre.

Por esto me ha gustado el libro. Porque escribe palabras que empiezan nuevas historias en mí, y me permiten saborear mi pasado y mi presente de forma diferente, y posibilitan reescribir historias viejas con aires nuevos; aunque duela hacerlo, la libertad que acompaña ese dolor es un gustazo.

También me ha gustado porque es muy práctico, porque llena las hojas de ejemplos fáciles, con esos “cuenticos” de maestras y de maestros de la sabiduría oriental.

Y porque propone pequeñas lecciones para grandes dependencias, abre el horizonte y amplía el camino con pequeñas pistas o consejos:

  • No estar donde no te quieren o te hacen daño.
  • Aceptar lo peor que pueda ocurrir.
  • Tener confianza en uno o una misma.
  • Asustar al miedo.
  • Desactivar los rótulos que llevas a cuestas.
  • Convertirse en banco de niebla.
  • Viajar sin moverse.
  • El poder liberador del hastío.

Y así un montón, hasta llenar el libro y hasta convencer a esta servidora de que eso de desapegarse no es cosa solo de frases y fotos bonitas; es un viaje sin retorno y es una forma de vivir atenta para que nada ni nadie vuelva a asumir el poder sobre una.

Si quieres, si pasas por los síndromes de abstinencia, si guerreas y no te rindes. Si sabes aguantar el reto de vivir en constantes paradojas.

Gracias.

Simone

LEER LIBRO (106 páginas)