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JAVIER MELLONI EN PAMPLONA

Dentro del ciclo “Los colores de la espiritualidad” Javier Melloni dio su conferencia en la Biblioteca de Navarra el pasado lunes, día 16.

Sus palabras no nos dejaron indiferentes. Fueron en ocasiones densas, en ocasiones poéticas, otras veces más complicadas, pero en todo momento, nos suscitaron esa llamada al conocimiento interno, que conlleva conocer toda la Realidad.

Dejar paso a algo que sobrepasa

La no-dualidad se presenta como un cambio epocal tanto de nuestra cultura como de las distintas corrientes de religiosidad. No es una moda ni una nueva religión. Es conocer, experimentar lo que somos y vivirlo existencialmente, totalmente.

“La meta es única y la misma para todos”

Con estas palabras presentó Melloni a Ramana Maharshi, uno de sus referentes vitales. Nos relató su biografía, indisolublemente unida a su pensamiento. Vivió en un estado de presencia.

Algunos titulares:

No estamos separados de lo que somos y buscamos.

No ser nadie para serlo todo.

¿Qué podemos decir que añada algo al Ser que es y que ya somos?

¿Quién es el que dice “yo”?

Tú eres el ser. Si existes, eres el Ser

Así nos invitaba a vivir la no-dualidad. No a estudiarla, sino a experimentarla, intuirla, conocerla desde el corazón.

Un lema para vivir: ser plenamente sin dejar de ser uno mismo.

Somos una forma de ser. Una forma individual irrepetible pero efímera, sostenida por un fondo inacabable de Ser que no deja de ser cuando perdemos la forma.

El trabajo meditativo consiste en conocerse a sí mismo, sin dejarse arrastrar por la forma.

Sat, Chit, Ananda

La fuente, la conciencia, el gozo. El Ser, el Logos, el Beso de Dios.

Tres palabras inseparables en el mundo hinduista que relacionó con la Trinidad cristiana. Igualmente profundizó en la relación entre no-dualidad y religión, con matizaciones importantes, por ejemplo, cuando habla de cristianismocentrismo frente a crísticocentrismo theilardiano. Un tema decisivo y que, incluso en nuestro grupo, tiene muchas matizaciones, coincidentes en más o en menos con Javier.

La montaña

Hemos situado en la cabecera de este comentario la montaña sagrada de Arunáchala en Tiruvannámalai (Tamil Nadu, India), donde Ramana vivió la mayor parte de su vida hasta su fallecimiento en 1950. Al pie de ella está el Asram que le cobijó y que hoy es lugar de veneración.

¿Cómo lo vemos? ¿Podremos ser globales, asumir con naturalidad lo que nos viene de Oriente y lo que nos viene de nuestras viejas tradiciones?

¿Nos veremos transformados más allá de todo ello?

Más allá de Arunáchala y del Tabor.

Más allá de nuestra mente, de nuestro cuerpo, de nuestras emociones y sentimientos, ¿qué queda?

Os ofrecemos los siguientes materiales: