Frecuentemente me han preguntado cómo ha aparecido en mi vida
el silencio; por qué me he decidido a vivir esta aventura. La
respuesta, de repente, es bien sencilla. Por debilidad, por necesidad.
Como si fuera mi punto flaco. No hay nada extraordinario ni
asombroso en todo esto. Y es como una herida que no tiene cura. .