Hay una Visión de la Vida que está más allá de la apariencia. Que no se asemeja en nada a lo tangible. Que no viene guionizada por nuestras emociones ni por nuestros pensamientos ni por nuestras creencias.
A veces, da la sensación de estar “fuera de lugar”, aunque sea la más cercana a Donde Eres. A Donde Estás.
Por eso, esos “a veces” se Silencian tanto. Porque la mayoría de personas viven tan lejos de sí mismas, de Quienes Son en Realidad, que no llegan a Comprender esa otra Visión que sus ojos no alcanzar a vislumbrar.
Los pensamientos que tienen sobre la Vida son tan “estrechos” que la Verdad no cabe entre ellos.
No tiene nada que ver con la psicología. Con el análisis exhaustivo de tu “yo”. De tu historia. De tu personalidad. De tus supuestos traumas. De tus supuestas heridas. De tu supuesto transgeneracional.
Esto también forma parte de esa minúscula visión a la que me refería.
Aparentemente muy profunda. Aparentemente muy Consciente. Aparentemente muy Divina.
La Visión de la que yo hablo no reside en el intelecto. No reside en la mente. No reside en la piel.
No forma parte de ese “cuerpo”. Ni de las teorías evolutivas que se tatúan en él.
ES en otro espacio (por llamarlo de alguna manera) que cohabita con aquel que pisan nuestros pies.
Hay una Visión de la Vida donde los pensamientos, los sentimientos y las emociones no tienen cabida.
Es Absolutamente neutra. Y esa neutralidad puede darte la sensación de indiferencia y de frialdad. Pero no porque tu Corazón se haya congelado, sino porque tu Visión está a años Luz de la experiencia física que estás respirando.
Es como si tu Atención no estuviera puesta en la Humanidad sino en la Consciencia. Y con Consciencia no me refiero al “qué” de lo que eres Consciente sino a la Consciencia en sí.
No a lo observado sino al observador.
La Visión observa sin apegarse, sin aferrarse, sin perderse en lo observado.
Es como ver una película sin identificarte con ella. Sin que te “emocione” por muy emocionable que sea porque no te estás creyendo nada de ella.
A mí ya me pasaba de niña-adolescente cuando entraba en un Pasaje del Terror. No entendía por qué a la gente le daba miedo si ya sabían que era mentira, aunque en apariencia fuera real.
Pues algo así sucede con esa Visión.
Simplemente es un “no creerte” esta película donde interpretas el papel de un ser humano. Con un sexo determinado. Con unos gustos determinados. Con una familia determinada. Con una cultura determinada. Con unas situaciones externas e internas determinadas. Con unas vivencias determinadas.
Pero es un “no creerte” que no viene de la mente. Que no tiene ninguna “razón”.
Es un “no creerte” que ES en ti. Sin más dilación. Ni connotación.
Hay una Visión de la Vida que está Desnuda de filtros, de condición y de interpretación.
De deberías y de tendrías.
De juicios y de juzgador.
Hay una Visión de la Vida que sólo puede ser vista por la misma Vida.
Que lo Contempla (de contemplar y de contener) TODO sin darle mayor o menor importancia a la manifestación de su experiencia.
Como el río que Contempla el agua que lo llena.
Hay una Visión de la Vida que no ve nada separado de ella, porque SABE que TODO es ella.
Así de Eterna.
Así de Perfecta.
Por eso no intenta arreglarse.
Por eso no intenta cambiarse.
Por eso no intenta mejorarse.
Por eso no intenta evolucionarse.
Porque no hay ninguna mejor ni peor versión de ella.
Porque cada Instante ES lo que tiene que SER.
Pero esta Visión de la Vida, la visión de la mente no la comparte.
Porque no la entiende.
Porque sus ojos no la alcanzan a ver.
Porque está fuera de su lugar de pertenencia.
Porque nuestra mente funciona “por partes”.
Y pretende, inútilmente, llegar a la UNIDAD perfeccionándose a sí misma.
Sin COMPRENDER que la UNIDAD, que el HOGAR, está fuera de ella.
Que la UNIDAD jamás se dividió.
Que la UNIDAD jamás se quebrantó.
Que la UNIDAD jamás se perdió.
Que tan sólo es una percepción de separación y nada más.
Algunos creen y/o quieren creer que lo que estamos experimentando nos va a acercar más a “Lo que Somos”.
Nos va a Regresar más a nuestro Hogar.
Pero ésta tan sólo es otra idea de esa mente que se CREE separada de la Vida. Del Hogar. De la Unidad.
Ya SOMOS lo que Somos.
Ya SOMOS lo que “tenemos que ser”.
Aunque nuestra mente no lo Comprenda, no hay ninguna razón para que las cosas sucedan.
Simplemente SON lo que son.
Simplemente SON como son.
Pero para Comprender esto, tienes que salirte Fuera de tu tiesto.
Para darte cuenta de que no eres (únicamente) el tiesto ni lo que contiene el tiesto sino el “espacio” en el que el tiesto y lo que contiene el tiesto ES.
No eres la impermanencia sino LO que permanece.
Eres la VIDA, no la forma en la que se muestra la Vida.
Y la Vida es, ha sido y siempre será Eterna.
No eres TÚ quien muere. Es tu “forma” quien lo hace.
El que sólo se cree que es “forma”, temerá su Muerte.
Los que nos Sabemos VIDA, nos será indiferente su cercanía.
Hay una Visión de la Vida que respira más allá de la apariencia.
Y está PRESENTE para TODOS.
Y está PRESENTE.
Y Está.
Y ES…
el SILENCIO que TODO lo Escucha.
El SILENCIO que TODO lo Ve.
Emma Vázquez