El lunes por la tarde ya se habían agotado las invitaciones para la conferencia de este martes, primera del ciclo “Ámbitos de la espiritualidad”.
José Arregi desarrolló su charla sobre la emigración, que había titulado “Todos somos emigrantes, hasta Dios”. El título nos tenía un poco despistados ya que José no es amigo de sensacionalismos ni de titulares baldíos. Pero pronto nos desveló su sentido: toda la vida, también la Vida con mayúsculas, cualquiera sea el nombre que le demos, es un doble movimiento de salida de sí misma para encontrarse con el otro, con la otra.
Así la espiritualidad es saber emigrar: desapropiarse de la tierra que llamamos nuestra para abrirnos a la tierra común que somos. Es por eso que hasta Dios es emigrante, porque este es el movimiento primigenio y fundamental de la Vida misma.
Antes de explicarnos todo esto, comenzó su intervención con la proyección del vídeo de la canción “No me llames extranjero”, interpretada por Alberto Cortez y Facundo Cabral. Puedes verla y escucharla en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=MNvMCOigwRs
Después de unas consideraciones generales acerca de la espiritualidad de la migración, se centró en tres personajes de la tradición cristiana aun cuando, según dijo, podría encontrar ejemplos similares en otras tradiciones. Así presentó a Abraham, padre de todos los creyentes, “el arameo errante” invocado por los judíos; Moisés, el migrante liberador de migrantes y, por último, Jesús de Nazaret, el itinerante, el emigrante integral.
En una segunda parte, a modo de conclusión, abordó tres dimensiones fundamentales de la experiencia de la migración:
- La dimensión práxica-política, personal y colectiva, que consiste en ver, ser y sentir con la persona emigrante, y que se resume en “acoger”, “proteger”, “promover” e “integrar”. Se trata de reconocer esta realidad y no ocultarla, cuantificarla, no mentirnos y entender sus causas.
- Seguidamente una reflexión sobre la cultura, el lenguaje, la teología. El mismo cristianismo debe emigrar de sus actuales posiciones dogmáticas y morales. Citó a Spong en su libro “¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir?”
- Finalmente la reflexión sobre Dios, superada la concepción teísta y antropomórfica. La fuente no existe si no mana. Lo mismo Dios. Dios que no es ajeno a la Realidad, sino que forma parte de la misma, siendo su fuente y el agua que nos constituye. La Realidad es y los seres humanos estamos llamados a ser, que es lo mismo que salir de nosotros mismos. Ahí se realiza el Ser.
¿Preguntas?, ¿comentarios? Pocos.
Algunas personas apreciaron un exceso de referencias a la religión cristiana. Quizá era de esperar una interpretación más fundamentada en la espiritualidad laica. Es cierto, pero tal vez Arregi trataba de abrir camino a la emigración desde la religión, precisamente hacia la nueva forma de entender el mundo, los seres humanos y sus cualidades. Como ejemplo de estas afirmaciones transcribimos aquí el minuto 1:02:15 de la charla (¿minuto de oro?):
“Una espiritualidad de la migración en nuestro tiempo tiene que conllevar igualmente una profunda migración del lenguaje y de la teología. Porque todo el imaginario y todo el constructo categorial, conceptual, teológico del que todavía se sigue nutriendo nuestro lenguaje sobre Dios, la Iglesia, el pecado, el más allá, el perdón, la salvación, el alma, el cuerpo, la moral, la sexualidad, vida religiosa, laica, sacerdotes, clérigos, templos… todo eso, todo eso es un constructo que ya resulta absolutamente ininteligible para la mayoría de la población en general.”
No fue una disertación al uso sobre el problema actual de emigrantes y refugiados. Pero sentó unas bases muy fuertes para que nuestra espiritualidad, nuestra cualidad más profunda, se constituya en torno al salir para ser. De esa fuente brota el agua de la igualdad, del respeto, del amor al y a la diferente, del encuentro con la otra persona, de todos esos valores y actitudes que nos hacen seres más humanos, más espirituales.
Cumplido queda así el objetivo de mostrar cómo la espiritualidad se juega en ámbitos como la vida social, política y económica. Todo está unido. Todo es espiritualidad.
Enlace al vídeo de la conferencia