“La realidad es que la felicidad, su búsqueda y comprensión son objetos de estudio en Occidente desde hace siglos, primero por la filosofía y en los últimos años por la psicología, la economía, la sociología, las neurociencias, etc.
En el camino espiritual las etapas luminosas, auspiciosas y extáticas se entrelazan con frustraciones, bloqueos, estancamientos y desilusiones. No es posible una autorrealización espiritual sin integrar tanto la alegría como el sufrimiento. Esto supone estar abierta a la vulnerabilidad y a la complejidad que supone habitar una mente humana.”