“Descubrimos que nuestra naturaleza verdadera es el Ser y nuestro corazón puede abrazar la totalidad y trascender la polaridad de la mente. Nos sentimos completamente fuera del universo y paralelamente tenemos un cuerpo, unas emociones y unos pensamientos que constituyen un personaje concreto en él. El despertar a la realidad absoluta supone un proceso de integración de nuestra vivencia como humanos en la realidad relativa desde la quietud, la paz, la plenitud y el amor.”
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