El autor define el despertar como darte cuenta de tu presencia, de que estás aquí y ahora; presente en tu conciencia, dándote cuenta de ti y del mundo que te rodea. Y con este catálogo de ideas debajo del brazo se inicia uno en este Trabajo espiritual, no como una creencia más, sino como una hipótesis de trabajo, que de esto ya se encargó bien en su día de advertírnoslo Blay y después los que recogieron su testigo.
De manera que un buen día de repente, casi por arte de magia uno se desconecta del “Matrix” acostumbrado y empieza a asomar la patita a un lugar adimensional donde experimenta el maravilloso gozo de sentirse vivo y sentir la vida a su alrededor…
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