“…simplemente SER la presencia consciente que en realidad siempre somos, y SER esta experiencia presente indivisa. Sin el pensamiento, no hay nada que conseguir y nada que falte. No hay confusión, no hay problema, no hay yo y no hay que preocuparse por el nacimiento o la muerte.
Este cambio radical que va de la resistencia a la aceptación completa, de la ilusión de encapsulación y separación (siendo solo una ola, tratando desesperadamente de sobrevivir como esa ola) a la sensación sentida de infinitud (siendo todo el océano) es la liberación”.
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