Algunas conclusiones de este trabajo serían estas (y que el lector saque las suyas):
Creo que hemos conseguido los objetivos propuestos al principio:
+ El cerebro es el responsable de nuestros actos, no el alma.
En este punto coinciden ciencia, filosofía y teología: no existe un alma inmortal.
+ Hemos clarificado la búsqueda de una explicación para la conciencia y vemos que
todavía no se ha conseguido.
+ Hemos descubierto muchas cosas sobre el cerebro: cómo percibimos e inventamos la
realidad, nuestra débil libertad, las claves de la felicidad, la religiosidad , nuestra
semejanza con los animales (los cuales nos dan ejemplo de emociones positivas
como el amor sin complejos… )
+ Hemos precisado el origen histórico y significado de algunas creencias cristianas
(resurrección), y lo inapropiado de otras (inmortalidad del alma…) pero vemos la persistencia del dualismo alma-cuerpo en religiones y el pensamiento de mucha gente.