Imagina que eres cada vez más consciente de cómo estás viviendo y de cómo querrías vivir, de cómo viven otros seres humanos y cómo querrías que pudieran vivir.
Imagina que te planteas ir dando pasos para hacer posible tus sueños, para cultivar más tu interioridad, tu salud integral, tu contribución a otro mundo mejor posible para todas y para todos.
Imagina que encuentras un instrumento que te ayuda en tu propósito, una especie de “guía para caminantes”, que te atrae y te convence.
Imagina que encuentras otras personas que se proponen lo mismo. Y que os ponéis en contacto, compartís vuestros propósitos y os apoyáis unas a otras.
Imagina que vas conociendo más personas que te hacen descubrir y te ayudan en ámbitos de tu vida que antes ni eras consciente de que estaban ahí. Y que tú también ayudas a otras, porque tú también tienes algo valioso que compartir.
Imagina que todo esto te va haciendo sentirte mejor, más consciente y responsable, más sensible a tu propio interior y a las necesidades de las y los demás, más hermana/o de todas y de todos, más útil para la sociedad y al mundo, más unida/o a la Naturaleza y más feliz.
Es fácil de imaginar. Otras, otros, ya han empezado a vivir así.
