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LAS SANDALIAS NEGRAS (Marisel Hilerio Rivera)

La última vez que le regalé algo a mi madre, fueron unas sandalias negras.

Se las estrenó al otro día.

Cuando la vi, me sorprendí. ¡Yo se las había comprado para un día especial! Entonces le pregunté:

– ¿Por qué las has estrenado tan rápido?

Y me contestó:

– ¿Y si me muero mañana?… las tendría que estrenar otra persona y no yo. ¡Son para usarse ahora! Dos meses después, partió a su última morada…

Hoy volví a recordar las sandalias negras… Y me pregunté: ¿Qué estamos esperando para estrenar?

Un día, en la comida escuché a mi cuñada decirle a mi suegra:

– ¡Ay, mamá… no saque su vajilla bonita, se le puede romper! Mejor déjela para otro día especial.

A lo que mi suegra contestó:

– No, taruga… hoy es el día especial, los importantes somos nosotros, no los invitados; o qué, ¿quieres que te la deje cuando yo muera? ¡Claro que no, hoy vamos a disfrutarla!

¡Cuánta razón tenía! ¿Qué es realmente un día especial? Cuando la vida se vive una sola vez.

¿Cuánta gente llegó hasta hoy sin decir lo que quiso, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar, sin salir, sin viajar o sin pedir perdón?

¿Tú sabes los amores que jamás fueron… por esperar un poco más a decirlo?

¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro no dijo “perdón” primero?

¿Los amigos que dejaron de hablarse… por un mal entendido?

¿La familia que jamás volvió a reunirse… porque no tenían tiempo o no encontraban un día?

¿Los sueños que se quedaron en sueños… por esperar una mejor oportunidad?

¿La gente honesta que perdimos… porque fue sincera y nos dolió?

¿Y si no llega mañana?

¿Qué estás dejando sin estrenar… para que otro lo use?

¿A quién dejaste… para que otro amara?

¿Qué palabras dejaste sin pronunciar?

¿Con qué perdón en el pecho te quedaste?

¿A quién le debes una explicación?

¿A quién debiste darle una oportunidad?

¿Qué aventura dejaste sin hacer?

Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños, viajes… solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo!

Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que quedamos inertes ante la vida, por esperar a mañana.

MAÑANA no existe… es sólo una esperanza, una idea que tal vez no llega. Solo nos queda… HOY.

Hay que estrenarse los zapatos, luchar por lo que amas, por tus sueños; vivir equivocándonos, intentándolo, antes que alguien más se atreva a la mejor hazaña: ¡LA VIDA!

Y cada mañana, cuando abrimos los ojos en esta tierra de “locos”, ese nuevo día es la señal de que hay que intentarlo de nuevo.

Hoy me acordé de sus sandalias negras… y me dio “vergüenza” porque yo quería estrenarme unos mocasines de colores y por miedo a que se mojaran… ¡no me los puse!

¿Y qué si se mojan?… que se sequen.

¿Y qué si se rompen?… los usé.

¿Y qué si no funciona?… ¡lo intenté!

Ahora, ya aquí pensando: hoy es un buen día para estrenar zapatos…

Para comenzar a hacer tus ‘sueños realidad’.

¿Aún tienes algo sin estrenar?

Marisel Hilerio Rivera