Cuando conoció a su primer maestro mazateco, Manuel dijo: “esto es lo que yo estaba buscando, atravesar esa raya”. Y entonces Don Patricio le respondió: “Nosotros te vamos a llevar hasta el límite, pero después ellos te tienen que abrir la puerta o no”. “Es el espíritu que te tiene que dar permiso”.
Años después, Manuel dijo que para atravesar la raya “tienes que vivir en una intención que perfora 24 horas al día. El estado de la gracia no viene por voluntad, viene porque hay un descenso de la gracia. La iluminación no te la da el maestro zen, ni te da la Kushma. El maestro zen, el chamán o curandero, simplemente es un testigo de algo que viene de la fuente”.