“Hay una práctica budista tradicional para contemplar los comienzos y los finales llamada ‘las cinco reflexiones’. Las reflexiones guían suavemente al practicante a meditar sobre el hecho de que la vejez, la enfermedad y la muerte son características integradas del cuerpo y la mente humanos, que nadie puede evitar. La vida comienza, por lo tanto tiene que terminar. Y al estar sujeta al principio y al final, la vida es intrínsecamente vulnerable.”
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