Este jueves estuve en Pamplona facilitando una charla sobre el software cerebral. Entre otras cosas hablamos de los personajes internos. Así que, aprovechando que lo tengo fresco, la carta de hoy va de eso.
Os dejo antes una fotico sobre el evento, que me dejó el corazón rebosante de agradecimiento.
Todo fluyó: el viaje con unos taxistas de lujo, la compenetración con las ayudas de María, el interés y las preguntas de una sala llena, los emocionantes reencuentros y los siempre sorprendentes tú a tú con desconocidos.
Me quedo pensando cómo, a pesar de mis serias dificultades para la comunicación, voy buscando maneras de seguir este deseo de compartir, que hasta hace poco desconocía.
En fin, vamos al texto sobre los personajes internos.
Qué son
(Dentro de la metáfora de la mente es software, diríamos que son creaciones a partir de fragmentos de «código» que reinterpretamos como personajes)
Ejemplo, todos (o casi todos) tenemos una voz interior que nos dice qué debo hacer y otra que tira para lo que me apetece en ese momento (tengo que estudiar, pero me apetece seguir con el videojuego).
Entonces, a partir de eso, puedo construir diferentes personajes:
- el diablillo y el angelote que aparecen en cada hombro del dibujo animado;
- o la hormiga y la cigarra de la fábula;
- o mi «señorita Rottenmeier» que se enzarza con mi «perez-osa» cada vez que suena el despertador.
Dos puntualizaciones importantes
- 1) Cada uno de estos personajes tiene una forma de ver y estar en el mundo, con sus gafas, sus propias maneras de pensar, sentir, relacionarse…, incluso sus propios recuerdos.
La película Del Revés (Docter & Del Carmen, 2015) puede ser una interesante primera aproximación. En este caso, los personajes son originados a partir de una determinada emoción prototípica.
- 2) Podemos construir tantos como queramos imaginar (para nuestras contradicciones, dificultades, roles, emociones, yoes de tiempos pasados y futuros…)
Los utilizo mucho porque me ayudan a…
- La Mercedes que va a consultar una duda a hacienda es muy diferente de la de una comida con la cuadrilla.
- A veces estoy en modo sargento y al día siguiente en modo niña caprichosa.
- Una pareja de enamorados que, cuando están juntos, parecen dos niños diciéndose ñoñerías, mientras que en sus trabajos son dos profesionales de prestigio.
- Hay personas que funcionan bien, que son adultos sensatos en los diferentes ámbitos de su vida pero siempre que sufren un abandono emerge su «niño herido», es decir, perciben, piensan, sienten como un niño.
2 – Comprender mejor nuestros conflictos internos, como cuando la cabeza tira para un lado y el corazón para otro.
3 – Abrir posibilidades al permitir salir a escena a personajes escondidos, o al crear o modificar otros.
De esta manera podemos cambiar la dinámica de nuestra personalidad (que a veces defino como «conjunto de personajes internos o partes de uno mismo y la peculiar forma en que se suelen relacionar entre ellos») y crear nuevos caminos. Ejemplos:
- En la parte final de la charla de Pamplona trabajamos con la siguiente pregunta «¿Qué pequeño cambio podría introducir en el personaje Autoexigencia que he creado, para que, en vez de machacarme, me motive?»
- Si soy escritora y ando bloqueada, puedo crear un personaje llamado «Bloqueo» o «Resistencia» y dialogar con él a ver qué me pasa.
- Dentro de la terapia narrativa, la técnica de externalización permite dialogar con síntomas físicos y psíquicos.
- En realidad hay infinitas posibilidades, incluidas jugar con los arcanos del tarot, ciertos arquetipos o los mitos; escribirme cartas con mi yo futuro; ir a visitar a mi sabio interior; practicar yo sola con la técnica de los seis sombreros de DeBono; o crearme nuevas máscaras para estar en el mundo.
Propuestas y conversaciones
▷ ¿Juegas ya de alguna manera con esto de los personajes internos? Os leo en email y comentarios. Y, por supuesto, preguntas, apuntes y demás son bienvenidos.
Hoy me despido con la letra bien interesante de una canción de Chojin.
¡Cuidaros bonito!
Mercedes García Laso