“El problema es que nuestro propio ‘espacio mental’, el lugar al que entramos cuando nuestra atención no se centra en el exterior, es un lugar muy incómodo. Nuestra propia ‘psique’, la conciencia que nos hace sentir que estamos dentro de nuestras cabezas, es tan inquieta y discordante que es difícil para nosotros pasar algún tiempo allí.”
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