Un documental de hora y media que no contiene palabras.
Me sentí muy conmovido al visionarlo.
Las imágenes son impactantes, la música, aunque soy lego en este arte, te penetra, te emociona.
¿Qué encontré en “Baraka”? Una oportunidad de reflexión sobre la humanidad, sobre la misma Realidad Única.
Una Realidad expresada en “lo monstruosamente hermoso y lo suntuosamente horrible, entre los lugares desérticos y la humanidad enjambre, entre el mundo espiritual y el mundo material”, como dice un comentario.
Baraka es una palabra de origen árabe que sugiere «bendición, carisma, gracia divina», una especie de presencia sagrada. Para mí tengo que todo lo real es sagrado. Nada hay profano. Por eso está bien titulado el documental, porque Baraka es el conjunto.
La película nos muestra la naturaleza y la humanidad y acaba abriéndose al espacio, allá donde la infinitud se nos hace casi asequible.
La disfruté pensando, como digo, que todo es Baraka, es decir, todo es sagrado, divino, todo es la Realidad y la Vida que se autoexpresa y autodesarrolla. Incluyendo el mal que la propia naturaleza o el incansable ingenio humano nos crea y ofrece.
Esta es la Vida que tenemos, que somos.
Pero ya que la película no tiene palabras, no empañaré su intención con las mías.
Dirigida por Ron Fricke.
Escrita por: Ron Fricke, Mark Magidson, Genevieve Nicholas, Constantine Nicholas, Bob Green.
Os dejo unas cuantas fotos y el enlace para verla: Baraka 1992
Jon Ander
