He leído hace poco el libro “Yo libre, un viaje al instante presente”, de Sergi Torres. Y me ha gustado mucho. Y también me ha sorprendido.
No creo que todo lo que dice sea válido para mí, pero sí que me ha ayudado a cambiar el lugar desde el que percibo la realidad y además, me ha hecho llegar a sentir el presente como el eje que me centra, a pesar del miedo y de las resistencias.
Ha habido tres cosas importantes que me ha aportado esta lectura.
1. Por un lado, un darme cuenta de que toda mi vida se juega en un solo instante, éste, eterno y efímero a la vez pero el único tiempo que puedo vivir a Fondo, no solo como una teoría o una idea romántica, sino como lo único real donde soy atención, donde soy.
Es algo que debo recordarme porque con cierta facilidad mi mente se escapa al pasado o a imaginar un futuro no tan negro.
2. Otra de las cosas es que me ha dado pistas sobre cómo reconciliarme con mi historia, con mi pasado.
En el libro se habla de que el pasado, en este instante, es tan solo un recuerdo. El recuerdo en este instante no es más que un pensamiento… así que si puedo cambiar mi forma de pensar ¡¡puedo cambiar mi pasado!!
Y aquí es donde he de señalar que todo no me vale. Pero coincido con lo que dice Sergi Torres sobre que la vida es experiencia, y lo que vale, lo que enseña es lo que se experimenta.
Y, me atreví a coger un recuerdo, uno sólo, y me arriesgué a mirarlo desde este instante, con la información que tengo hoy… y… ¡algo ha cambiado! Recordé la manía que tengo al bacalao, en general y al ajoarriero en particular y recordé las peleas con mi madre para que lo comiera, ese arrastrar el plato frío de la comida a la merienda, a la cena y esa sensación de ponerme mala solo con olerlo.
Y con la idea en la cabeza de que si sólo existe este instante, cuando me pongo ahora delante de un trozo de bacalao, es como si fuera la primera vez, y ¡algo cambia! es como si el recuerdo de mi madre fuera diluyéndose poco a poco, ya no me domina y aunque el dichoso pez no me gusta mucho, puedo comerlo sin problemas.
3. Y por último es cómo ha cambiado mi experiencia de libertad.
Me ha dado la oportunidad de saborear ese ser libre, desde lo profundo, más allá de los miedos o las dudas de mi mente o mi ego. Durante un instante eterno y efímero, he sentido que la libertad no es tan solo permitirte sentimientos políticamente no muy correctos, sino gustar de la vida y responder a los sucesos sin el apego de ideas o sentires.
Y esta experiencia de libertad abre el horizonte, le da anchura… y es una sensación de frescura… casi como caminar un poco por la sombra en un día caluroso…
Simone
Podéis ver: Sergi Torres: “Yo, libre. Un viaje al instante presente.” Vídeo
O leer el libro de Sergi Torres: “Yo, libre. Un viaje al instante presente.”