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¡SUÉLTALO, DÉJALO IR! (Diana Sánchez Simón)

Antes de entrar, dejen salir

Queridos “millennial” y posteriores; con esta expresión nos referíamos antaño a una norma básica de protocolo, cortesía, buena educación, en definitiva. Se aplicaba en lugares públicos, como el metro o los autobuses. Si lo pensáis bien, es de sentido común: imagina tu nevera repleta… Será complicado meter más alimentos si está hasta arriba, ¿no? (esta lógica no vale para algunas personas: aquellas que juran, con su armario abierto de par en par, que “no tienen nada que ponerse”, jejejejeje).

Pues esta recomendación es la que os brindo, antes de lanzaros en plancha a definir o intentar practicar vuestros propósitos 2020.

Para muestra, un botón: yo misma estoy practicando este saludable ejercicio, que podemos llamar “Solturinning” si nos ponemos en plan “fashion”. Vamos, “soltar”, “dejar ir” de toda la vida.

¿Cómo está tu trastero?

Insisto -para ahorrarme acritudes o levantamiento de ceja de alguna amiga del alma- que no me refiero al trastero físico, ese habitáculo que muchas veces es una casa más que teníais y no os habíais dado ni cuenta hasta que un día vas a por algo y te encuentras con el primer peluche de tu hijo treintañero o los apuntes de la carrera de cinco años, cuando no obligaban a engullir un máster complementario…

Me refiero a tus interioridades, tu “mochila emocional” conectada a tus vivencias y experiencias, como si fuera un gadget de esos que ahora te informan sobre clima, planes, tendencias top, desde tu casa con voz femenina y sexy, como de nave nodriza.

Algunos cargamos con la mochila –o atiborramos el trastero- sin parar, porque vamos con prisas, frenéticos, en piloto automático. Y lo llenamos, llenamos, llenamos… Nos empieza a pesar, pero chico, para qué pararse a revisar la mochila… Y seguimos adelante –o hacia atrás- cada vez más doblados y molidos…

Saca fruto de tus “mamporros”

Así, hasta que un día algo pasa. O bien te metes una caída pistonuda por el peso, te haces un esguince y te toca guardar reposo por narices. Y ves, oh sorpresa, que el mundo sigue, oye.

Otras veces vas y cargas con otra mochila además de la tuya… En este post no toca hablar de eso. Hoy no. Hoy estamos con el “dejar ir”, ¿de acuerdo?

Pues bien, cuando llega el día en el que te pegas la caída, o te pesa hasta el alma, o te paras en el cruceiro, miras a tu alrededor y no disfrutas nada de lo que te rodea, te miras al espejo y ni te reconoces… ¡Sorpresa! Ha llegado el momento de aligerar, revisar la mochila, soltar, dejar ir…

¿Te apetece? ¡A mí también!

Vamos a madurarlo juntos, aprovechando el último “medicamento humanizador” de La Botica de San Camilo, relacionado con lo que hoy os cuento…

LIBERTURE

Jabón en pastilla para dejar ir

Me encantan las pastillas de jabón. De toda la vida. De miel, lavanda, rosa de Bulgaria, jazmín… Sniff, snifff, esos aromas, esos papeles exquisitamente decorados, me transportan a ambientes delicados y muy victorianos. Ya ves tú, lo que puede hacer una buena lectura o en este caso una pastillita jabonosa…

Recientemente leí sobre los orígenes del jabón y el proceso de “saponicación”… En Roma las mujeres se percataron que, al lavar la ropa en las aguas del Río Tíber, situado a los pies del monte Sapo, las prendas quedaban mucho más limpias gracias a una sustancia que bajaba mezclada con las aguas del río. Resulta que en dicho monte se realizaban sacrificios animales a los dioses: la grasa animal, mezclada con las cenizas de la incineración y otras sustancias… ¡¡¡fue la cuna del jabón!!!

¿Qué mejor metáfora que un jabón para limpiarnos y “dejar ir”? Basándome en eso he ideado, junto a Manuel Barreda, el Liberture, que decora la contraportada de la Revista HUMANIZAR de enero-febrero de 2020, editada por el Centro de Humanización de la Salud.

¿Qué te proporciona Liberture?

  1. Elimina creencias y pensamientos limitantes (fruto de la acumulación de sentimientos negativos).
  2. Limpia esas suciedades que manchan tu ánimo y oscurecen tu alegría.
  3. Cuida y protege tus esperanzas y sueños saludables.

El Liberture, nos dice el prospecto, es de calidad certificada: no engrasa el ego ni tapona los poros de la libertad interna. Es decir, que esta pastilla de jabón para “dejar ir” limpia, pero no arrasa con todo indiscriminadamente; purifica y protege… Vamos, ¡una maravilla!

Imagínate llevando esta pastilla de jabón especial en tu bolsillo, en la propia mochila.

¿Sabes que es la pastilla exclusivamente para ti?

¡Cada uno tenemos la nuestra, y somos responsables de ella! Y lo que es mejor: no se te gastará.

Párate un momento, huele su perfume, impregnado también de TODAS las vivencias y experiencias que te hacen único en el mundo…

Y límpiate con ella. Sonríe.

Deja marchar. Deja ir… “Suéltalo”.

Diana Sánchez Simón

(Botica de San Camilo en Revista HUMANIZAR no. 168, enero-febrero 2020)